Estados Unidos y el Examen Periódico Universal

Estados Unidos es el único país no firmante de la Convención sobre los Derechos del Niño, sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los pueblos indígenas, entre algunos de los documentos internacionales que inciden en las formas de supervivencia del hombre en la tierra.

Sin embargo, se han “comprometido” a cooperar con el sistema internacional en la promoción de los mismos a escala mundial, toda una contradicción que ratifica a la gran potencia del Norte como una excepción universal en materia de derechos.

Menores de edad sienten la obligación y el rigor de encontrar “trabajo” de diferentes formas, ya sea en el fregado de autos, la limpieza del calzado o en el peor de los casos las niñas apelan a la prostitución infantil para “ganarse la vida”.

Igual sucede con las mujeres, que agobiadas al no tener muchas el nivel escolar exigido, sienten la ira o el desprecio en los prostíbulos que enriquecen a los ricos y maltratan su salud.

Las minorías étnicas sufren la explotación despiadada cuando se les imponen leyes que atentan contra sus tierras o se les explota a la máxima expresión por considerárseles inferiores a los demás.

En el Norte revuelto y brutal donde los Derechos Humanos son toda una pesadilla para la mayoría desposeída, nada más importante que la obtención de riquezas fruto del excedente, como dijera Carlos Marx, de un dinero aumentado a costa de los semejantes enajenados.

El Examen Periódico Universal, que constituye escrutinio de carácter obligatorio para todas las naciones del mundo, confirma esa realidad, cuando Estados Unidos deja entrever a todas luces su falsa retórica y su doble rasero.