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Urge construir el Socialismo del siglo XXI

Urge construir el Socialismo del siglo XXI

Tras la desaparición de la Unión Soviética y el Socialismo en Europa del Este, muchos pensaron que esa Formación Económico Social se echaría al olvido, tras su evidente “fracaso” luego de más de 70 años del Triunfo de la Revolución de octubre, acontecimiento que marcó un hito en el desarrollo de la humanidad.

Vale la pena recordar que el día 25 del décimo mes del año 1917, fecha que corresponde al viejo calendario ruso, pues el acontecimiento se conmemora el 7 de noviembre,  el poder pasaba a manos de los obreros y campesinos, principales fuerzas motrices  de las transformaciones.

Se hacían realidad los postulados de Carlos Marx y Federico Engels, eminentes filósofos materialistas que dedicaron su fecunda vida al análisis de la sociedad capitalista y previeron transformaciones derivadas del antagonismo de clases, como expresión de situaciones revolucionarias y estallidos sociales.

El llamado a la unidad del proletariado, hecho público en el Manifiesto Comunista, confirmó una necesidad histórica para lograr la emancipación de las cadenas y la edificación de una sociedad nueva, totalmente diferente, colectiva y próspera, donde el hombre dejara de ser el lobo del hombre.

Con el marxismo-leninismo quedó demostrado que la inmensa mayoría de la humanidad disponía entonces de una doctrina capaz de convertirse en guía para la acción, donde las particularidades de cada país centraran la atención de lo que debía hacerse en pos de avances incuestionables para el bienestar de todos.

No como un dogma la ideología del proletariado, sujeta a leyes, pero con la admisión de ser perfeccionada en pos de mejoras sustanciales y sin renunciar a su esencia, vino como el anillo al dedo, a pesar de errores cometidos,  para garantizar un camino por donde transitar en la búsqueda de verdaderas soluciones a los mas acuciantes problemas de la especie humana.

Por esa razón el Socialismo del siglo XXI no puede prescindir de estrategias concretas dirigidas a un objetivo esencial: garantizar calidad de vida, igualdad plena, decoro, sostenibilidad, independencia y soberanía.

Y aunque mucho queda por hacer, no cabe duda que solo esa es la única opción de los pueblos que ansían la paz, la justicia y la libertad, como dueños absolutos de los medios de producción y protagonistas esenciales de las transformaciones imprescindibles.

Si bien es cierto que “el Capitalismo vino al mundo chorreando sangre y lodo por todos sus poros”, le corresponde ahora a una Formación Económico Social superior demostrar la valía de aquellas pretensiones de Marx, Engels y Lenin, enfiladas a un porvenir seguro y donde todos fueran iguales.

Por el bienestar de los pueblos debe erguirse el Socialismo, justa opción, con la cual está comprometida la clase obrera, los revolucionarios y quienes aman un futuro lleno de esperanza.

Se impone la necesidad de realizar ajustes económicos en la sociedad cubana

Se impone la necesidad de realizar ajustes económicos en la sociedad cubana

Si bien es cierto que el Socialismo no se rige por leyes ciegas, su capacidad de ser perfeccionado exige cada vez más de ajustes económicos que le permitan consolidar aquellos sectores que se han  quedado rezagados.

El caso particular de Cuba, un pequeño país bloqueado y hostigado prácticamente desde el triunfo mismo de la Revolución, exige una revisión a fondo de la economía en la búsqueda incesante de mejoras sustanciales, y sobre todo, dirigidas a la elevación de la calidad de vida del pueblo.

En la actualidad las plantillas infladas se han convertido en el eje del problema, por lo que un  profundo proceso de revisión en ese sentido, con la colaboración de los propios trabajadores, los respectivos sindicatos y las administraciones, vale la pena cuando se trata de lograr más con menos y alcanzar la eficiencia imprescindible en cada rama o sector.

Sin embargo, a diferencia del Capitalismo que echa a la calle a los obreros ante etapas de crisis económica, en Cuba se buscan alternativas para que nadie quede desamparado, y el trabajo por cuenta propia con regulaciones y derechos viene a convertirse en una verdadera opción.

Esta etapa requiere de una labor paciente y con los pies bien puestos en la tierra, porque en realidad hay sectores que demandan fuerza de trabajo, sobre todo en la agricultura y la construcción, donde mucho habrá de hacerse para materializar la alimentación del pueblo y la ejecución de numeras obras, sobre todo viviendas.

Se trata entonces de un proceso de reorganización de la fuerza laboral, la que será ubicada donde verdaderamente haga más falta y quienes realmente cumplan su cometido en la labor cotidiana sin elevar los costos o disminuir utilidades.

Por ese camino transitan ahora los cubanos, prestos a empeños superiores y convencidos que la economía necesita de un viraje que le permita en condiciones de país subdesarrollado y bloqueado, avances incuestionables para proseguir por el camino de la exitosa edificación de la sociedad socialista.

Somos algo más que nosotros mismos: Fidel

Somos algo más que nosotros mismos: Fidel

Son los hechos de este pueblo los que demuestran lo que somos, nosotros pertenecemos a una hora decisiva del género humano, somos algo más que nosotros mismos, somos pueblo, somos una esperanza, somos un ejemplo, recalcó el Comandante en Jefe Fidel Castro en el Acto Central Nacional por el aniversario 50 de los Comités de Defensa de la Revolución.

Nuestra patria se enfrenta al imperio más feroz del mundo contemporáneo y nuestro caso es el de todos los países subdesarrollados, de América Latina, del Medio Oriente, África, Asia y Oceanía, hay que nacionalizar los monopolios sin indemnización alguna, hagan lo que hemos hecho nosotros, alertó.

El imperialismo quiere destruir nuestra Revolución, eso es preciso que lo sepamos bien y que nuestros intereses no levantarán bandera blanca fácilmente, pero debemos redoblar los esfuerzos, porque más que las palabras valen lo hechos, afirmó el líder de la Revolución Cubana.

La Revolución tiene por delante una lucha larga y dura, las cosas fáciles no son las que dan a la larga los mejores frutos para la vida de los pueblos, las difíciles son las que la valen la pena realizar., enfatizó.

No hemos hecho más que comenzar y obtendremos la victoria con inteligencia y valor, con la cabeza y con el corazón, pero no podemos subestimar al enemigo, aunque este cometió el error de subestimarnos a nosotros, sentenció el Comandante en Jefe Fidel Castro.

Nuestras armas siempre serán para defendernos, no para destruir, sino para actuar cuando sea preciso, porque debemos no solo ser valientes, sino inteligentes, acotó Fidel en su intervención.