Cuando por dinero se desprecia una obra
Nacida en 1975 en la capital de todos los cubanos, graduada en la especialidad de Filología sin haberle costado un solo centavo desde la enseñanza primaria, y ahora “periodista” independiente que usa las nuevas tecnologías para criticar la sociedad donde vive, Yoani Sánchez se ha convertido de la noche a la mañana en todo un personaje.
A través de su blog Generación Y confiesa que en Cuba tienen que haber cambios, pero sustanciales, tantos como los que prefieren los enemigos de una Revolución que ha llevado decoro, justicia y equidad, pese los innumerables obstáculos impuestos desde el mismo primer día de 1959.
Quien no ha puesto los pies sobre la tierra se ha ganado la consideración y el respeto de sus fieles admiradores, entre ellos el propio Presidente de los Estados Unidos Barack Obama al confesar que “ella ofrece al mundo una ventana particular a las realidades de la vida cotidiana en Cuba”.
Yoani se lamenta del asedio que sufre en su propia Isla por el “simple hecho” de decir la verdad. Sin embargo, nunca ha dicho una sola palabra acerca de los avances experimentados en materia de Educación, Salud Pública, Deportes, Cultura, Seguridad Social…
Criticas y más críticas se suman a su plagado arsenal de difamaciones, falta de ética, inconformidad ante todo, autosuficiencia, negación a lo positivo, en síntesis, se ha convertido en una copia fiel del original capitalista que confiesa decir la verdad para esconder su doble rasero.
La envalentonada “periodista” cubana no es capaz de sumarse a quienes prefieren buscar alternativas lógicas para proseguir por el camino escogido, y en el peor de los casos con sus banalidades intenta confundir a quienes en este mundo apelan a Internet para conocer las interioridades de la pequeña Isla.
Siempre he dicho que los pies se deben tener sobre al tierra, y que se puede estar en desacuerdo con tal o mas cual medida, pero nunca será posible que se esté en contra de todo.
Nunca he sido partícipe de criticar públicamente a quienes toman otras decisiones en sus vidas, pero este caso requiere que la palestra pública conozca a fondo sus principales actos.
El usar un falso ropaje constituye una acción desmedida que causa indignación y no queda otra alternativa que en circunstancias como esta, cuando el pueblo de Cuba se apresta a la actualización de su modelo económico socialista, dar a conocer que para esta obra Con todos y para el bien de todos no hacen falta criticones malintencionados.
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